- Área: 12000 m²
- Año: 2007
-
Fotografías:García & Betancourt
La Bodega está situada en una finca de 263 has en el departamento de San Carlos a 130 km de la Ciudad de Mendoza, Argentina.
La familia Ortega Gil Fournier, proveniente de Burgos, España, compró estas tierras en el año 2000 y decidió emprender la construcción de la bodega para la elaboración de vinos finos
Relación con el entorno
La finca, al pie de la cordillera de los Andes y a 1200 mts sobre el nivel del mar, presenta condiciones excepcionales para el desarrollo de viñedos de calidad. En ellos se ha utilizado el sistema español “de vaso” (o arbolito), con variedades tempranillo, malbec, cabernet sauvignon , merlot y syrah, diferente de las formas de cultivo tradicionales en la región, por espaldero.
En el corazón de este escenario ampelográfico, único en la región, se ubica la nueva bodega
El lugar tiene gran atractivo paisajístico para el turismo: el paisaje natural del piedemonte cordillerano es una planicie con magníficas vistas a las altas cumbres, nevadas gran parte del año y el paisaje cultural es típico de los oasis mendocinos, brotados del desierto a fuerza de regar, con calles bordeadas por álamos, viñedos, quintas de frutales y olivares.
A pedido de los propietarios, la arquitectura de la bodega debía ser fuertemente representativa de los vinos del Nuevo Mundo, y capaz de posicionarse como estrategia de marketing en los mercados globales, a través de su identidad y calidad.
Aspectos Funcionales
El recorrido de la uva -La bodega fue proyectada para producir 600.000 lts de vino fino, está articulada en varios edificios, independizando los procesos de vinificación y los usos complementarios en unidades edilicias autónomas pero interconectadas entre sí.
La línea de producción comienza con el ingreso de los canastos de uva en camiones a través de calles de servicio que permiten llegar hasta la playa del edificio de vendimia. Allí, en señal de recepción, dos brazos-rampas se abren para permitir el ascenso de los camiones al nivel de vendimia y desde allí iniciar el proceso de vinificación por gravedad.
En el nivel de vendimia se selecciona cuidadosamente la uva y para iniciar el proceso de fermentación se la deposita, a través de las bocas emplazadas en la losa, en los tanques de acero inoxidable ubicados en el nivel inferior
Estas tareas se desarrollan bajo una cubierta metálica abierta, cóncava hacia arriba y hacia abajo, de cuatro aguas con una delgada cenefa de borde. Esta cubierta de protección a modo de gran parasol, evoca las tradicionales galerías mendocinas, donde los vendimiadores volcaban la uva en los lagares protegiéndose del fuerte sol del verano.